Decirte las palabras nunca halladas, te quiero, te amo, te necesito, o un hasta luego, hablarte en sueños, mientras duermo a tu lado, tocarte el pelo, mientras sueño en tus dedos.
Sé que en cuanto te abrace, querré que ese momento dure para siempre, pero apenas sé qué sentir cuando estoy contigo, ni qué decir, ni como actuar, ni que pensar.
Si todo fuera tan fácil como sonreír podría ser feliz, podría tenerte junto a mí, sentir tu presencia, sentir tu calor cerca.
Como una flor que se despierta, y sin pensarlo vuela hacia la puerta entreabierta.
Como un pájaro al batir las alas, como la luz de las bengalas.
Si todo fuera tan fácil… nunca más habría que derramar lágrimas.
Como el salir el sol, como al despertar por la mañana.
Como verte sonreír, como lo que me haces sentir.
¿Amor? ¿Quieres decir que es amor? Espero que no, el amor me debilita, y me hace sentirme distinta.
Aceleramos los pasos, al mismo ritmo que el corazón. Tu pelo largo, con el movimiento del aire me inmoviliza y tus labios tan finos me aterrorizan, pero tus ojos… no sé que tienen tus ojos, que me hacen sonreír, como cada vez que pienso en ti. Por eso necesito, que el tiempo se pare, para eternamente, tenerte a mi lado, porque cada segundo sin ti, se me hace una vida eterna sin nadie.
Si todo fuera tan fácil como respirarte, podría incluso pescar la luna de ese cielo que tanto admiras, solo para ti y para nadie más.
Tú eres el único que se merece el destello de cada una de las estrellas del firmamento, tú eres el único.
Debería dejar de soñar, pero el simple hecho de pensarlo hacerlo me llena de lágrimas mi repugnante rostro y no ser lo suficiente fuerte me lleva a la amargura, igual que no tenerte, solo poder observarte, solo poder pensar en quien se la tengo que entregar, la rosa que con su vida he terminado.
